Muchas veces encontramos personas en nuestras vidas que nos
ayudan desinteresadamente, que aparecen justo en ese momento en que más
necesitamos “eso” que solo ellas pueden
ofrecer, sin cuya ayuda no habríamos
podido superar algunos momentos de la vida,
tanto que su aparición parece providencial.
Ellas nos ayudan en esos momentos en que nos sentimos
perdidos, cuando pensamos que las cosas no tienen solución, o simplemente nos
sentimos solos. Son compañeros de
viaje que vienen para enseñarnos o ayudarnos a aprender algo
en nuestras vidas; algunas de ellas solo están por poco tiempo con nosotros y otras se quedan toda la vida, pero su
aparición siempre es importante.
A esas personas,
sobre todo las que pasan poco tiempo con nosotros muchas veces no les damos reconocimiento debido. El agradecimiento por
habernos ayudado en el momento justo en que más lo necesitábamos. Seguro que
les hemos dado las gracias desde la cortesía, pero ¿Realmente hemos puesto
nuestro corazón al hacerlo? ¿Les hemos hecho sentir lo importantes que han sido
para nosotros?
Cuando hacemos un gesto de corazón lo que sentimos es
diferente, nos impregnamos con una energía que nos colma y hace sentir bien desde dentro. No en vano la gratitud es
una de las fortalezas que más llenan a los seres humanos de todas las razas y/o credos, y que forma parte de
las virtudes que nos conducen hacia la plenitud.
La práctica diaria de recapitular y hacer un balance al final del dia lo sucedido, nos ayuda a tenerlas presentes, ya que
el solo hecho de repasar mentalmente los hechos, reconocerlos y agradecer mentalmente a estas
personas por su generosidad ya nos hace sentir bien y si posteriormente lo completamos con un gesto
directo a las personas involucradas, mucho mejor.
También en esos momentos en los que nos sentamos a revisar o a
recordar la vida surgen las personas que
en su momento estuvieron acompañándote, y con la tecnología de hoy cuesta muy
poco ponerse en contacto con ellas hacer un gesto de agradecimiento.
Probemos, a sentir y hacer sentir la gratitud con el corazón; para caminar por sendero hacia una vida más plena.
MHV